- Phil Wans es ingresado en un hospital de Virginia Beach. Los médicos le detectan una leve lesión en los pulmones que proviene de la aspiración de un gas tóxico que había en el coche. Todos se quedan petrificados, intentando recordar como eso puede haber estado allí. Noah cree que fue cosa de Terry, el camionero.
¿QUÉ HAY DE TERRY?
-Terry -interrumpió Noah.
-¿Cómo dices? -dijo el doctor.
-Terry fue el que introdujo el gas tóxico en el auto.
-¿Pero qué dices? Ese tipo no tocó el coche. -dijo Patrick.
-¿Y por qué tuvo que tocarlo? Probablemente todo estaba planeado, incluso lo de la línea de estado. Incluso lo de el coche cerrado con llave y que nadie pudiera entrar ni salir. Todo, él lo sabía todo.
-Haber, haber, no digamos tonterías. Más tarde iremos a la policía para que nos digan quién es.
-Em... Familia Wans... -interrumpió el doctor al ver que se desviaban del tema.
-Ah, sí, perdone, doctor. -Donna firmó un documento que le entregó el doctor y los tres volvieron a esperar en la sala.
-Ahora en serio. Ese tipo me da muy mala espina. -dijo, finalmente, Patrick.
Esperaron allí unos cinco minutos largos más hasta que Phil apareció por la puerta, como nuevo. Donna fue a abrazarlo y después fueron sus hijos. Todos estaban muy felices. Durante el tiempo que habían estado allí, la grúa había venido y el coche estaba como nuevo, no se hizo ningún rasguño. Además, Phil había entregado el DNI y los Wans ya habían obtenido el permiso del estado de Virginia. En realidad lo tenían que haber obtenido antes porque no se puede usar ningún servicio excepto el hospital.
Los Wans volvieron al coche familiar, felices. Lo primero que hicieron fue ir a la policía de Virginia Beach, en la Providence Road. Allí habían muchísimos hombres, todos vestidos con el uniforme de policía. Unos vigilaban, otros atendían a personas. Aquellas personas, unas estaban llorando, unas preocupadas, unas felices, unas disgustadas, unas confusas... Los Wans eran los confusos y los un poco asustados.
-¿Familia Wans? -dijo un policía.
Todos pasaron a una sala blanca, sin ruido. Estaban los cuatro y un agente de policía.
-Hola, soy el agente Hargensen. ¿Necesitan algo?
-Sí. -Phil empezó- veníamos por saber quién es Terry Sylvester.
-¿Terry Sylvester? -dijo el agente, confuso.
-Sí. Estuvimos con él hará unas cuantas horas, a causa de él (involuntariamente) tuve un accidente y fui ingresado hará unas horas en el hospital Sentara Leigh. Resulta que en el momento en que mi mujer y mis hijos llamaban a la ambulancia, Terry dijo que no dijéramos su nombre, pero mi mujer lo "delató", entonces...
-Un momento -interrumpió el policía- no puede ser.
-¿Cómo que no? -se extrañó Donna.
-Terry Sylvester es un asesino.
-¿Qué? -dijeron todos.
-Pero ese no es el problema. -continuó el agente- el problema es que Terry Sylvester está muerto.
